Resulta que nuestra boca tiene 32 dientes. Fue por ese motivo, que se nos vino a la cabeza el recuerdo de la infancia, y la resultante sonrisa, al tararear la canción. Y de ahí nuestra propuesta de las onomatopeyas, para generar sonrisas. Una solución gráfica, elegante y atemporal, que trataba de evitar caer en estereotipos de sonrisas falsas y sin sentido.